El gobierno colombiano tiene claro, lo que significa la industria petrolera para la economía y desarrollo social y de infraestructura del país y tiene claro que los grandes recortes al presupuesto nacional se dan por causa de mucho menores ingresos al fisco nacional, provenientes de la industria petrolera y producto del nuevo escenario de bajos precios internacionales del petróleo crudo.
Pero si bien, el gobierno central tiene claro lo anterior, causa estupor observar como el mismo gobierno central, no diseña acciones ni moviliza su estructura de gestión, en torno a sentarse a la mesa con comunidades de diferentes regiones del país y alertarlas, léase bien, prenderles las alertas, sobre la gravedad que hoy significan sus actos de choque, en contra de la producción petrolera, que trata de sobrevivir estrangulando sus costos de operación,
Ya no solo es espantar inversionistas de capital de riesgo para actividades de exploración; es también dar la estocada mortal a campos de producción petrolera, muchos de los cuales no resisten económicamente estos embates de las comunidades, etnias, etc., para quienes las socializaciones y divulgaciones de autoridades locales e industria durante varios años, pareciera por los hechos, no han sido espacios suficientes ni convincentes.
Hemos planteado en anteriores editoriales, temáticas como: – concertación nacional con comunidades – deberes humanos – que aquí se conjugan y repiten.
Casos como los de Norte de Santander, Huila, Meta y otros, son fiel reflejo de la demacrada situación que hoy afronta el sector y que se torna insostenible por las millonarias pérdidas económicas e impacto técnico adverso, que de ellos se derivan.
O el gobierno central, deja de mirar los toros desde la barrera y se apersona de la situación, o así en solitario, la industria petrolera en las áreas de exploración y explotación de hidrocarburos, no será capaz de sostenerse en el mediano plazo. Se está contra el tiempo!!!
ECOP S.A.
Agosto 4 de 2016