Lo menos que esperan los entendidos y la comunidad en general, es que las dos (2) autoridades, que rigen por encargo: Petróleo – Ambiente, tengan claramente definidos y alineados, tanto el Mapa de Tierras de Bloques Petroleros potencialmente subastables con el Mapa de Tierras Ambientalmente Explotable por la industria de los hidrocarburos.
¿Será que queda al descubierto que una y otra entidad, no actúan de manera colegiada con un común denominador que le permita al país, manejar con absoluta unida de criterio técnico-jurídico, dos propósitos nacionales claves no discutibles: el medio ambiente como patrimonio invaluable e irreemplazable y el petróleo como motor de desarrollo del país?
La causa – raíz, está mucho más allá de la descalificación de funcionarios. Es la plataforma de: – directrices corporativas – de criterios institucionales – de información geográfica que conjugue los dos (2) intereses nacionales en juego -; la que, o no existe, o existen independientemente por caminos y propósitos no conciliables; que de ser así, requiere con urgencia manifiesta ser intervenida para no seguir improvisando con la imagen del país.
Urge que las dos (2) entidades, ANLA – ANH, se sienten a la mesa a homogenizar y sentar las bases de lo que el país realmente puede promocionar. Reversazos como este que nos ocupa, desdicen no solo de la seriedad jurídica del país, también de la identidad técnica interinstitucional, en temas de interés nacional.
ECOP S.A.
Mayo 26 2016