Ni que decir, en materia de exploración petrolera, la actividad más compleja de la cadena del proceso. Para las mismas rondas de negocios, que derivan en la asignación de bloques a Operadoras Petroleras Multinacionales y Nacionales, en diversas áreas geográficas, NO se desarrollan, de manera temprana por parte del ESTADO, programas ni planes de acercamiento, ilustración y capacitación con las comunidades, orientados a facilitar participativamente, el que futuros o próximos cercanos exploracionistas e inversionistas, encuentren un escenario abonado, cuando atendiendo compromisos derivados de los contratos suscritos con la autoridad energética colombiana, arriban a su respectivo bloque y área geográfica, a dar inicio y a desarrollar, con millonarias inversiones de capital de riesgo, las fases del proyecto concertadas contractualmente de manera previa.
Resulta injusto con las partes lo que se dice, que “Las Operadoras Petroleras Malcriaron a las Comunidades”. Lo que de tiempo atrás viene ocurriendo, es que una vez el exploracionista e inversionista se posesiona de su respectivo Bloque, las sorpresas son mayúsculas y en estas condiciones, actuando de visitante y no de local, parecieran convertirse en representantes del Estado y así, abocados, muchas veces, en la sin salida, no tienen más opción si aspiran a hacer realidad su proyecto, que apoyar las solicitudes de comunidades, con necesidades extremadamente básicas insatisfechas, aunque dirían muchos, que en su mayoría son sanas aspiraciones pero mal encaminadas, direccionadas y lideradas. Así los proyectos petroleros arrancan a niveles de costos sustancialmente diferentes a los que se estimó en su plan de inversiones y en sus análisis económicos.
Hoy, el fenómeno mundial de los precios internacionales del petróleo crudo, que golpea duramente tanto a industria como a comunidades, no puede ser más confuso y ha puesto de manifiesto, cifras estadísticas de costos de exploración y costos de producción en Colombia (incluyen costo social), que en este nuevo y seguramente definitivo escenario de precios, ponen en aprietos la sostenibilidad de la economía del negocio petrolero colombiano; salvo que se dieran de manera sostenible, precios internacionales del petróleo, por encima de una cota mínima del orden de los 65-70 USD/barril; niveles de precios no claros de alcanzar en el mediano plazo, lo que puede catapultar la actividad de exploración, que igual terminará impactando sensiblemente la actividad de explotación en su fase de producción y por supuesto a comunidades y municipios de las áreas de influencia petrolera.
La economía del país, hoy no encuentra salida, más allá de efectuar duros recortes al presupuesto nacional y buscar afanosamente la imposición de mayores impuestos, para reemplazar los ingresos petroleros de la Nación, que no llegarán.
¿Será que tan gigantesco impacto, no amerita que el Estado Colombiano se apersone y se convierta en protagonista de su principal negocio y renglón de la economía, el petróleo, y se lance en un gran propósito de concertación nacional con las comunidades colombianas, como Política de Estado, para no dejar morir la industria, real escenario de precios de hoy?
No puede el Estado Colombiano, ser indiferente y un convidado de piedra en materia de gestión social, viendo como los inversionistas de capital de riesgo y capital de trabajo de la industria petrolera, optarán por invertir en otros países, con mejores oportunidades y menores traumatismos.
Es el momento de enfrentar la cruda realidad; “o seguimos dejando sola a la industria petrolera en este camino, que llevaría al país a renunciar al negocio”, o “se asume estatalmente el compromiso de abonar el camino, para hacerlo viable.
El Estado Colombiano a través de sus instituciones, tienen la palabra !!!!,
De la mano, Gobierno, Comunidades, Industria, se puede y debe salir adelante.
ECOP S.A.
Mayo 26 de 2016
Excelente comentario…. Vamos para adelante